Pablo García: "Lo que queremos hacer es que estos animales vuelvan al mar"
- talkingreen
- 26 may 2019
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 8 jul 2019
El proyecto de recuperación de huevos del tiburón pintarroja busca ser un modelo para la cría y reintroducción de especies marinas en peligro de extinción
Paula García. València
En la Fundación Oceanográfic, un grupo de profesionales de diversos campos de la ciencia marina desarrollan un innovador proyecto que podría ser clave para el desarrollo de técnicas para la cría y puesta en libertad de animales marinos en peligro de extinción. Pablo García es biólogo, y uno de los responsables del proyecto de recuperación de huevos de tiburones y rayas que comenzó a finales de 2016 a raíz de Congreso en Bristol hablando con gente de Malta de un centro investigación llamado Sharklab.
Poco tiempo después de este congreso, los profesionales de la Fundación Oceanogràfic fueron a hablar directamente con los pescadores de los puertos de València para obtener los huevos de un tiburón concreto, el tiburón pintarroja, del descarte de pesca comercial para tratar de recuperar las futuras crías de este animal y desarrollar una serie de técnicas aplicables a otras especies en situación de riesgo.
¿Cuál es el objetivo principal de este proyecto?
El objetivo principal es darle un segundo uso al descarte de pesca.
Ahora ya hay una normativa de la Unión Europea que obliga a traer los descartes, pero hace un par de años directamente se tiraba por la borda todo aquello que sobraba. Nosotros queríamos darle un uso a todo ese material que no tenía otra vida más que volver otra vez al mar y ser devorado o quedar en el fondo.
Queríamos darle un segundo uso que nos permitiera además hacer investigación y hacer conservación, usando los huevos de hembras capturadas por las redes de pesca o incluso los huevos que quedan atrapados en ellas.
¿Qué supone vuestro trabajo para la biodiversidad y el ecosistema marino?
Desde el principio nosotros fuimos muy conscientes de una cosa, y es que simplemente recuperando huevos de un par de puertos de la comunidad valenciana y luego devolviéndolos al mar, la especie no iba a notarlo.
Si estamos hablando de que de una misma especie se pueden sacar cientos de ejemplares al día, devolver veinte cada seis meses al mar no iba a servir de nada si no se hacía junto a un trabajo de concienciación y divulgación paralelo.
Por eso lo que hacemos antes de hacer la suelta es reunir a los colegios, a los propios pescadores que habían capturado a los animales, a centros de buceo… en resumen, a gente que puede tener más o menos conciencia e impacto en el medio marino y hacer la suelta con ellos, de manera que potenciamos la acción de simplemente recuperar los huevos, le damos un uso más.
"No iba a servir de nada si no se hacía junto a un trabajo de concienciación y divulgación paralelo"
¿Por qué decidisteis trabajar con pintarrojas y no con otro animal que sí estuviera en una situación de peligro de extinción?
Primero por que las pintarrojas son un animal que se pesca continuamente. Es un animal muy habitual, pero tiene una serie de ventajas, como que es una especie ovípara. Muchas otras especies de tiburones no ponen huevos por lo que es mucho más difícil trabajar con ellas. Además, es una especie que pone huevos durante todo el año, por lo que podíamos tener material con el que trabajar todo este tiempo.
Nosotros trabajamos con pintarrojas principalmente para aprender técnicas de manejo de huevos, qué se podía hacer, hasta cuánto podíamos llevar al extremo la manipulación del huevo y asegurar que nacieran los embriones...
Además es una especie que está en la plataforma continental, está hasta los 150-200 metros de profundidad, con lo cual trabajando con este animal cubrimos todos esos animales que pueden estar más o menos en la misma zona.
También trabajamos con especies como el galeus melastomus, la pintarroja de bocanegra, que es una pintarroja que vive a mucha más profundidad y la obtenemos de arrastreros que van a 700-800 metros. Entonces, este animal nos servía como modelo para lo que son especies de aguas profundas.
Así, trabajando con estas dos especies de pintarroja cubrimos estudios tanto de aguas superficiales como de aguas profundas.
¿Cuál crees que ha sido vuestro mayor logro?
El mayor logro para nosotros ha sido que a especies de aguas profundas, especies que han sido pescadas a 700 metros de profundidad en aguas heladas y que son parte del descarte de pesca, poder extraer sus huevos y a pesar de que se saquen en agosto con una temperatura de cubierta de treinta y pico grados, llevarlos a acuario y conseguir que el animal nazca. Eso es uno de los mayores logros.
¿Y el siguiente logro cuál será? Será conseguir aplicar eso en especies con un nivel de amenaza muy grande como son las rayas.
¿Entonces las técnicas que estáis usando para esta especie podrían aplicarse a otros animales que sí estén en riesgo?
La idea era esa, usar esta especie como modelo para después aplicarlas a otro tipo de animales que sí que tengan algún tipo de problema.
Por lo que comentas, las rayas son el animal en peligro de extinción con el que pretendéis comenzar a trabajar ¿habéis comenzado ya a aplicar estas técnicas en esta especie?
Sí, pero las rayas tienen algún que otro problema a la hora de trabajar con ellas.
Primero es que tiene mucho interés comercial. Las pintarrojas se descartan, pero como las rayas sí tienen valor comercial es más difícil llegar a ellas, porque los pescadores las venden.
Además los huevos son normalmente mayores que los de tiburón pero tienen una forma distinta, son aplanados, como un ravioli. Un huevo de tiburón es ligeramente cilíndrico y aguanta mejor las presiones de la captura, pero los de raya muchas veces se quedan aplastados.
Otra razón por la que es difícil trabajar con rayas es que de una sola pasada si tienes una pila de tiburones enseguida puedes decir que hembras están preñadas palpándolas, es más fácil tocar los huevos a través de la piel del animal con la forma que tienen. Sin embargo, con las rayas es mucho más difícil saber si una hembra está preñada o no, así que es más difícil trabajar con ella cuando no tienes tiempo o está el pescador intentando venderlas.
Los tiburones del fondo del mar, como el galeus melastomus, ponen los huevos a mayor profundidad, por lo tanto ¿para poder criar esos huevos no necesitaríais un acuario que recreara las condiciones de presión iguales a las del fondo marino para que pudieran desarrollarse tal y como lo hacen en su medio natural?
Eso era algo que pensábamos y es una de las cosas que hemos visto que en principio no es así. Solo con recrear las condiciones de iluminación y temperatura del fondo los galeus melastomus, las pintarrojas de bocanegra, nacen.
Pero es cierto que por alguna razón son animales que no conseguimos que se tranquilicen y que empiecen a comer. Así como las pintarrojas a los dos o tres días de nacer arrancan a comer, con el galeus melastomus ha sido imposible, y como viven a mayor profundidad no podemos mandar a buzos a liberarlos.
De hecho, hace relativamente poco empezamos a trabajar con una empresa de Murcia, Nido Robotics, que se dedica a fabricar pequeños submarinos controlados desde la superficie, y hemos hecho pruebas de liberación de pintarroja, sin necesidad de buzos de por medio, a 57 metros de profundidad.
La idea es en algún un momento poder liberar galeus melastomus a mucha profundidad y liberar a los animales sin necesidad de que vaya un humano acompañándolos.
Es verdad que hemos conseguido criarlos sin necesidad de presión y los animales han nacido, pero a lo mejor la presión sí es importante en algún momento de su vida una vez han nacido, aún no lo sabemos. El problema es que en un acuario no se puede, o es muy costoso, recrear las condiciones de altas presiones del océano profundo.
La idea es en algún un momento poder liberar galeus melastomus a mucha profundidad y liberar a los animales sin necesidad de que vaya un humano acompañándolos.
Entonces el galeus melastomus, o la pintarroja de boca negra, ¿presenta un comportamiento extraño con respecto a la pintarroja de aguas menos profundas?
Sí, además de que hemos conseguido que nazcan pero no hemos conseguido que coman, al nadar además muestran un comportamiento que es típico en un tiburón cuando está muy estresado. Son huevos que desde cero, desde que acaban de ser concebidos, se están desarrollando en el acuario.
Cuando recibimos los huevos sacados del útero de la hembra se acaban de formar, a lo mejor tiene una semana de implantación el disco embrionario sobre la yema del huevo, pero no sabemos qué falla.
¿Es posible que la diferencia de la presión afecte al desarrollo el sistema nervioso de los ejemplares?
Cuando empiezan a crecer aquí aún no ha empezado el desarrollo del sistema nervioso, porque el embrión son 4 células que están empezando a dividirse. Además el animal se desarrolla bien, anatómicamente están perfectos. No tienen ninguna anomalía que veamos.
También es verdad que no sabemos cómo se comportan cuando están a tanta profundidad. Quizás cuando empiezan a nadar es a una profundidad menor, o al revés, empiezan a dar a una profundidad mayor, y aquí nosotros no podemos simular ese entorno.
Por eso intentamos soltarlos lo antes posible, porque nosotros no queremos los animales para el acuario, el acuario ya tiene suficientes animales. Lo que queremos hacer es que estos animales vuelvan al mar.
En algunos animales, como ciertas aves, hay un proceso de impronta y el animal se acostumbra y se une a ti, y tienes que estar alimentándolo y pasan a depender un poco de ti ¿eso pasa también con los tiburones o al soltarlos ellos sabes cazar y ya no te necesitan para nada?
Esa es una de las razones por las cuales queremos soltar los animales en cuanto nacen. Es cierto que lo hemos visto en animales que se crían aquí, pero aunque el tiburón nazca aquí y le estemos dando comida continuamente, si pasa un pez cerca y tiene capacidad se lo comerá.
Desarrollan comportamientos que son típicos de un depredador hacia una presa, de aproximación, de ocultarse y luego de caza y de emboscada sobre presas.
Es cierto también que nosotros criamos los huevos con una especie de gambita, una quisquilla no muy grande, y cuando el tiburón alcanza cierto tamaño empiezan a predar sobre esta y se la come.
Parece ser, por pruebas indirectas porque no nos hemos puesto a estudiarlo en serio, que los animales pueden estar aquí y luego en el medio se van a bastar.
Pero insisto en lo que he comentado antes: al final el mensaje de ir con un montón de niños y que sean ellos los que sueltan los tiburones o que aprendan sobre el medio marino, los impactos de lo que está sucediendo en el medio marino, que aprendan lo que supone la pesca, prima más que la posible supervivencia de cinco crías de tiburón.
Al final el mensaje de ir con un montón de niños y que sean ellos los que sueltan los tiburones o que aprendan sobre el medio marino [...] prima más que la posible supervivencia de cinco crías de tiburón.
Pablo García remarca la importancia de que, aunque la Fundación Oceanogràfic desarrolla parte del proyecto, este funciona gracias a la colaboración de los pescadores, ya que sin ellos habría sido imposible conseguir muestras y por tanto desarrollarlo. Además, da las gracias a la Asociación LAMNA que se encarga de estudiar elasmobranquios del mediterráneo, tanto tiburones como rayas, ya que según el biólogo ellos fueron los que dieron los primeros pasos para empezar generar la infraestructura necesaria para desarrollar este proyecto que podría suponer un gran progreso para la ayuda a la biodiversidad marina.
Comments